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sábado, 7 de septiembre de 2013

El problema del mal y las cosmologías dualistas


   Un poco de metafísica aplicada


   El problema del mal es una de las cuestiones centrales que deben resolver cualquier doctrina y cosmología religiosa. En particular, las religiones monoteístas tienen el problema de explicar cómo es posible el mal (especialmente, el sufrimiento y la muerte de personas inocentes) si existe un Dios que lo conoce y puede todo (omnisciente y omnipotente). Os recomiendo la introducción de la Wikipedia si queréis profundizar un poco en el asunto.



   Por otro lado, el problema del escritor que aborda una historia épica o de aventuras es crear un conflicto que dote de interés dramático a la historia. Este conflicto se formula muchas veces en términos de una 'lucha por el bien': un héroe o heroína debe conseguir algo bueno o eliminar algo malo. Para un escritor, podríamos decir, el problema del mal consiste en introducir el conflicto moral de manera efectiva en una historia.



   Veremos en esta entrada cómo los dualismos se utilizan para resolver el problema del mal en el ámbito de las religiones, y luego en la próxima entrada estudiaremos las opciones para superar las limitaciones de esta visión dualista y aplicarlas a la construcción de historias.


   Esta panorámica de ideas sirve también como guía iniciática para los que leáis el guión sobre la vida de Philip K. Dick y la Trilogía de las Esferas, ya que en ambos textos aparecen nombres y doctrinas que se mencionan aquí.

   Las herejías dualistas


   No debe ser casualidad que todas las religiones monoteístas incluyan elementos dualistas en sus versiones 'populares' (desde el Zoroastrismo, la primera históricamente, pasando por el Judaísmo, Cristianismo e Islamismo). Seguramente, la razón es que resulta difícil para una persona no entrenada en la argumentación teológica entender y aceptar una solución puramente monoteísta al problema del mal.

   Para la mayoría de los mortales resulta más sencillo pensar que junto al Dios bueno y sabio existen fuerzas oscuras cuyo objetivo es precisamente introducir el Mal en el mundo, y que son estas fuerzas las causantes de catástrofes, calamidades y maldades ejecutadas por intermediación de la naturaleza o de los humanos, desde los cataclismos y guerras hasta las pequeñas mezquindades de cada día.



   Sin embargo, las religiones monoteístas no aceptan, en su versión ortodoxa, la presencia de estas fuerzas, o las relegan a un papel muy secundario. Admitir su existencia y su fuerza implicaría quitar poder o bondad al Dios único (ya que, o bien toleraría la existencia de estas fuerzas malignas, o bien sería incapaz de eliminarlas).



   Por esta razón las ideas abiertamente dualistas dentro de las religiones monoteístas han sido siempre calificadas y tratadas como herejías, y eliminadas en la medida de lo posible. Por otra parte, el dualismo Bien-Mal adopta una forma más compleja y antropomórfica en las religiones politeístas como la griega clásica o el hinduismo, más cercanas a las narrativas 'integradoras' que comentaremos en la entrada siguiente.


   Zoroastrismo y Zurvanismo


    El Zoroastrismo es la formulación religiosa monoteísta más antigua, nacida en el antiguo imperio persa, y tuvo una gran influencia en el nacimiento del judaísmo y, a través de él, en las religiones cristiana y musulmana.

    El Dios único de esta religión es Ahura Mazda (también conocido como Ormuz). Sin embargo, Ahura Mazda engendra dos espíritus de carácter opuesto: por un lado los Amesta Spentas ('inmortales benéficos', una especie de ángeles) y por otro lado Angra Mainyu, un espíritu destructivo también conocido como Ahriman. Estos espíritus existen tanto a escala cósmica como dentro de cada persona. Hay una clara similitud de Angra Mainyu tanto con la figura de Satán (a nivel cósmico) como con los demonios menores que se mezclan en los asuntos humanos.


   Los que hayáis leído "La ciudad de las esferas" reconoceréis estos nombres. Ahora ya sabéis de dónde vienen  :-)





    La caracterización que el Zoroastrismo hizo de las fuerzas opuestas del bien de Ahura Mazda y los Amesta Spentas (representados por la luz, el día y la vida) y el mal de Angra Mainyu (representado por la oscuridad, la noche, la muerte) tuvo un gran impacto en los símbolos lingüísticos y visuales que utilizamos hasta hoy en día (p.ej. "el lado oscuro de la Fuerza" en Star Wars).





    Por esta razón, a veces se caracteriza al Zoroastrismo como una religión dualista, cuando realmente no lo era. A esta confusión contribuye el hecho de que existió una corriente (calificada como herejía por las razones comentadas antes), el Zurvanismo, que sí llegó a poner en contraposición a Ormuz y Ahrimán como dos fuerzas iguales. Estas fuerzas estaban enfrentadas en una lucha cósmica en la que finalmente triunfaría el Bien, una concepción que resulta muy popular hasta nuestros días y es la base de buena parte de la producción de Hollywood.



   Maniqueísmo


    'Maniqueísmo' es una palabra que utilizamos para referirnos precisamente a la visión dualista que explica todo como una lucha entre fuerzas bien definidas del Bien y el Mal, sin medias tintas.



    Lo cierto es que el Maniqueísmo fue una doctrina religiosa influida por el Zurvanismo, desarrollada por el sabio Mani y extendida desde tiempos anteriores al Cristianismo por el imperio persa, por Medio Oriente e incluso por Occidente. El Maniqueísmo se relacionó también con el Gnosticismo (ver después) y perduró en Extremo Oriente hasta el siglo XVII.

   El Maniqueísmo fue perseguido como una herejía tanto por el Cristianismo (de ahí la mala prensa del término) como por el Islam.



   Aunque sus ideas probablemente fueron evolucionando, lo característico del Maniqueísmo parece ser la concepción (diferente al Zurvanismo) de que el mal es indestructible, y de que la única forma de alcanzar el Reino de la Luz es huir del ámbito de las Tinieblas. El Bien, por tanto, no triunfaría sobre el Mal, pero los elegidos podrían librarse de él al acceder al Reino de la Luz.



   Gnosticismo


   El Gnosticismo (del griego 'gnosis', conocimiento) fue una corriente filosófico-religiosa anterior al cristianismo, pero que alcanzó su máxima popularidad en los tiempos del cristianismo primitivo, integrándose en algunas de las primeras comunidades, que crearon textos conocidos como los evangelios gnósticos.

   Posteriormente, fue declarado una herejía por la Iglesia Romana y sus evangelios se excluyeron del canon oficial que conocemos como el Nuevo Testamento.



   La idea original del Gnosticismo es que en el Universo existe una lucha entre el verdadero Dios bondadoso (a veces denominado Hagia Sophia -Santa Sofía o Sabia Sofía-) y un dios secundario, el Demiurgo enviado por Dios para construir y regir sobre la Tierra, pero que se volvió loco y malvado. Según otras versiones, del Pléroma o materia indiferenciada inicial se crearon dos fuerzas opuestas, a veces identificadas con una dualidad masculina-femenina, como en el Ying Yang.




   El Demiurgo ya aparecía en el platonismo para explicar la 'imperfección' de la creación, pero en el Gnosticismo se convierte en una fuerza maligna que sojuzga a la humanidad y le oculta la visión del verdadero Dios.



   Desde este punto de vista, el Dios del Antiguo Testamento sería en realidad el malvado Demiurgo, y Jesucristo habría llegado para revelar la verdad sobre él y crear una nueva religión.



    Estas ideas gnósticas influyeron, a través de Carl Jung, en la vida y la obra de Philip K. Dick, y han sido retomadas modernamente por diferentes grupos a partir del redescubrimiento de los textos gnósticos en los hallazgos arqueológicos de Nag Hammadi.





   El guión sobre Philip K. Dick podéis ver con más detalle la influencia de estas ideas en la vida y obra de Dick.


   En la próxima entrada hablaré de algunas formas en que puede superarse el dualismo y cómo articularlas para construir conflictos interesantes en las historias.

   Mientras tanto, cuidado con el lado oscuro, y también con las luces demasiado brillantes,

      Salvador


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