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viernes, 26 de septiembre de 2014

El poder simbólico de las esferas


La forma esférica recoge muchos de los mismos elementos simbólicos que identificamos con el círculo.


En el ámbito social, un círculo o esfera puede tener una connotación igualitaria (todos los puntos en su borde son iguales). Muchas asociaciones se llaman 'círculos', y hablamos también de la esfera pública.



Sin embargo, estas formas también pueden tener una connotación de dependencia o influencia a partir de una figura o punto central. Hablamos de esferas de poder o las esferas de influencia, y del círculo de confianza de una persona.


Sin embargo, en esta entrada vamos a centrarnos en el uso simbólico de la forma esférica al referirnos a objetos físicos, sean reales o imaginarios.

Círculos y esferas en la antigüedad


En toda la cultura antigua, el círculo y la esfera tenían un papel importante en la representación de la perfección y la divinidad.

Simbolizando al Sol, el círculo aparece en la representación del dios supremo Ra (dios solar) y de otros dioses del panteón egipcio,


Un halo solar aparece en otras divinidades relacionadas con el astro rey, como la persa Mitra


Convirtiéndose después en la aureola de la imaginería cristiana,


y en otros símbolos como el halo radiante de la Estatua de la Libertad:


Para Aristóteles, desde un punto de vista filosófico-matemático, el círculo representaba también la perfección del movimiento eterno. Al contrario que en la concepción moderna, para el filósofo griego un movimiento eterno y perfecto no podía tener lugar en línea recta (como la caída de un peso en la Tierra) sino en círculo como los movimientos de los astros en el cielo.


En otras culturas antiguas, como las americanas, el círculo representaba el paso interminable y previsible de las estaciones, el eterno ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento. Los calendarios y figuras que representaban el paso del tiempo siempre aparecían como círculos:




Aunque debió ser para ellas un desafío técnico, algunas culturas antiguas se empeñaron en esculpir esferas de singular perfección, sin que se sepa a ciencia cierta su origen y significado.

Así, por ejemplo, los celtas que vivieron en Escocia hace 5.000 años produjeron formas esféricas con diferentes patrones geométricos:



En varios lugares de Costa Rica se encuentran bolas de piedra de tamaños muy diferentes (algunas de hasta tres metros), datadas en la época precolombina. En algunos casos tienen grabados petroglifos en su superficie.



Por otra parte, las esferas son en otras ocasiones formaciones naturales, como las piedras bola de Ahualulco, en Méjico:


Unas esferas huecas naturales de increíble belleza son las geodas, formadas por la cristalización dentro de burbujas o huecos en las rocas:



La geoda gigante de Pulpí en Almería tiene 9 metros de tamaño en su diámetro más grande.


En Marte, el rover Opportunity ha encontrado depósitos de pequeñas esferas, cuyo origen geológico aún no está completamente claro.


Pequeñas esferas vivas


Además de los átomos, la evolución ha producido formas esféricas microscópicas, que por su poder simbólico sirven muchas veces de inspiración para objetos y personajes de ficción.

Por ejemplo, la esfera de los óvulos o huevos puede representar un espacio de difícil acceso donde se oculta un valioso tesoro o un secreto esperando ser encontrado.


Una esfera simboliza también la fertilidad por su asociación con el óvulo, con la forma redondeada del vientre de una embarazada y con los gametos masculinos (con su cabeza en el caso de los espermatozoides, o con el polen de las plantas, que carece de cola):


Por otro lado también existen esferas biológicas amenazadoras, como los virus que adoptan esta forma. Aquí está el virus de inmunodeficiencia humana causante del SIDA, y una de las variantes del virus de la gripe:



El ojo esférico


Quizás por el símil con el globo ocular, las esferas también suelen simbolizar una capacidad de visión especial.


El extraordinario artista flamenco M.C. Escher utilizó frecuentemente la distorsión esférica para jugar con nuestros conceptos del espacio, la forma y el fondo. De hecho, cuando realizó sus autorretratos, escogió su propio reflejo en una esfera:




La bola de cristal de las adivinas es precisamente una esfera que permite ver lo que ha sido, podría ser, o será... al menos en la imaginación de quien la utiliza.



Pero para mí la verdadera Bola de Cristal siempre será ésta:


J.R.R. Tolkien le dio la vuelta genialmente al concepto de bola de cristal con los Palantires que aparecen en El Señor de los Anillos. Estas esferas en principio servían para ver a distancia y comunicarse de un lugar a otro, pero acaban convirtiéndose en un medio por el que Sauron, al enviar imágenes engañosas, causa el terror en los que se asoman a ellas (¿una premonición de la televisión?):


En El Mago de Oz, la bola de cristal de la Bruja Mala del Oeste también tiene usos similares: permite a la bruja ver lo que sucede en otros lugares y aterrorizar a Dorothy:




Esferas de poder


Las esferas son frecuentemente objetos que contienen o dan acceso a un gran poder. Algunos aún interpretan esto literalmente.

Un paradigma de las esferas de poder serían las siete Bolas del Dragón que aparecen en la serie del mismo nombre, y que una vez reunidas sirven para llamar al dragón Shelong para solicitarle deseos. Se trata de una fantástica historia épica en forma de manga japonés.

     


Los Silmariles fueron utilizados por J.R.R. Tolkien como eje de su mitología más temprana, y resultan en muchos aspectos antecesoras y equivalentes a la historia más conocida del Anillo:




Una de esas películas fantásticas que de momento ha caído en el olvido (hasta que Hollywood haga el correspondiente remake) es Starman, donde Jeff Bridges encarna a un alienígena que toma forma humana y utiliza una esfera para obrar 'milagros'. En la escena final, Starman es recogido por una nave también esférica, y deja su objeto milagroso en manos de la chica. 

También hubo una serie 'spin-off' de la película, que no estaba mal, donde la esferita seguía haciendo milagros.




Otro invento japonés, Pokemon, además de llenarnos de cartas y merchandising también nos trajo la bola que captura y retiene mágicamente a los pequeños bichos luchadores:


Esferas en el cosmos


La asociación relación que existía en la antigüedad entre la esfera y lo perfecto tiene seguramente que ver con la idea de que el espacio más allá de la Tierra, el ámbito celestial, estaría formado por esferas cristalinas e invisibles que arrastrarían a los planetas y el mismo Sol en su suave movimiento.

En su formulación geocéntrica original el Sol también daba vueltas a la Tierra central. Sin embargo, este modelo tan sencillo no explicaba observaciones como el movimiento retrógrado de los planetas en el firmamento, por lo cual Ptolomeo tuvo que añadir esferas que giraban ancladas en puntos de otras esferas. Vamos, un lío de giros para salvar la idea de las esferas perfectas.



Cuando Copérnico propuso llevar el Sol al centro para simplificar el modelo, aún mantuvo que las órbitas debían ser circulares y guiadas por esferas giratorias. 



La puntilla a este modelo heredado del Medievo la dieron Galileo y Kepler. Galilei escandalizó a los aristotélicos y la Iglesia con sus observaciones de que la Luna tenía montañas y el Sol manchas cambiantes, y por tanto que ninguno de esos astros eran esferas perfectas e inmutables. 



Posteriormente Kepler demostró que las órbitas de los planetas no eran circulares, sino elípticas, abriendo la puerta a la Ley de Gravitación de Newton.


En la cosmología hindú las esferas también juegan un papel importante. En una versión del mito de la creación, el universo nace de un 'útero dorado' o huevo cósmico. En realidad los hindúes creen en múltiples universos, los cuales en la visión antigua eran esferas llenas de líquido hasta la mitad, donde flotan las diferentes encarnaciones de los dioses y los mundos físicos.


Modernamente resulta obvio ver que cuando los objetos del universo adquieren un gran tamaño, al agruparse el gas, el polvo o los fragmentos rocosos por efecto de la gravedad, la misma fuerza les obliga a adoptar una forma esférica.

Cuando el colapso gravitatorio produce un giro muy rápido por conservación del momento angular (por ejemplo, en la formación de los sistemas solares y galaxias), la esfera se achata, incluso se convierte en un disco.




Las estrellas de neutrones, resultado de la contracción del núcleo de una estrella masiva, tienen forma más o menos esférica:


Incluso el horizonte de sucesos de un agujero negro es esférico, aunque puede deformarse si el agujero gira rápidamente:


¿Y qué sucede con el universo como tal? ¿Es esférico? Bueno, dejaremos esta cuestión para otra entrada. De momento baste decir que el universo observable desde la Tierra sí es esférico. La razón es sencilla: cuanto más lejos miramos vemos más atrás en el tiempo, ya que la luz nos llega desde un origen más antiguo.

Si enfocamos una antena de microondas a la distancia más lejana que podemos observar llegamos a medir la radiación electromágnética resultante del desacoplamiento entre materia y luz cuando el universo tenía unos 380.000 años solamente. Este fondo de radiación proviene de una distancia de unos 13 millones de años-luz de nosotros.


Además de los cuerpos 'sólidos', en el universo visible podemos observar también muchas nubes de gas (nebulosas o nébulas) de forma casi esférica, producidas por diferentes procesos.

Las nebulosas planetarias son en realidad los restos de las capas exteriores de una estrella similar a nuestro Sol, expulsadas en las últimas fases de su vida, quedando su centro convertido en una estrella enana. Los resultados son sobrecogedores.








En el proceso de explosión de una supernova, cuando una estrella bastante más masiva que el Sol se colapsa en una estrella de neutrones o agujero negro, expulsa todas sus capas exteriores al espacio en una reacción tan energética que genera átomos pesados como el uranio. Las nebulosas resultantes muestran a las claras su origen violento:







Naves ahuevadas


Aunque no parezca a priori una forma muy interesante para una nave, la esfera se ha utilizado frecuentemente en la construcción de vehículos espaciales. Desde el punto de vista de la ingeniería, la esfera es una buena opción, ya que permite alojar el máximo de espacio dentro de una superficie mínima, y también resulta muy resistente a las fuerzas externas o la presión interna.

Hemos visto ya la nave de la secuencia final de Starman:


Bastante parecida es la nave que aparece en la versión moderna de Ultimátum a la Tierra:


La nave nodriza del megaclásico Encuentros en la Tercera Fase también aterriza por su lado semiesférico:


La influencia de las formas biológicas esféricas es evidente en los diseños de las naves que van a Júpiter en la película 2001. La Discovery está claramente inspirada en la forma de un espermatozoide, ya que el viaje a Júpiter se enlaza con la metáfora de la fecundación del espacio/universo por parte de la especie humana (Júpiter representaría el óvulo).


En este diseño se ha destacado aún más la similitud:


El módulo de Actividad Extra-Vehicular de 2001 ("EVA pod" en inglés) flota en la negrura del vacío como una célula o un virus, que puede actuar solamente con sus diminutos brazos:


Otra nave esférica que merece la pena nombrar es la no-nave que aparece originalmente en Herejes de Dune (y que es retomada en alguna de las precuelas de la saga, no recuerdo cuál). Esta nave es impermeable a la visión presciente y por tanto es utilizada por los protagonistas en Dune: Casa Capitular y las secuelas para escapar de los misteriosos enemigos.



Esferas malignas


Seguimos viendo naves esféricas, esta vez representando al poder maligno, como la impresionante Estrella de la Muerte:


También algunas de las naves Borg en el universo de Star Trek: La Nueva Generación tienen forma de esfera (se ve que los Borg tienen una obsesión platónica con los sólidos simples):


Otra esfera de brillo verde (color que parece asociado frecuentemente a los objetos malignos) aparece como hilo conductor de la interesante película clásica de ciencia-ficción adulta Heavy Metal:



En la novela y adaptación cinematográfica de Esfera, de Michael Crichton, la misteriosa presencia de origen desconocido hace de las suyas con las mentes de los protagonistas.


Y en El Quinto Elemento, el Mal puro es representado por una esfera de tamaño planetario que crece sin parar:



También una esfera traicionera estuvo a punto de librarnos de Indiana Jones en la inolvidable primera secuencia de la saga:


Otros usos


Pero las esferas tienen usos menos épicos y malignos. Algunos usos son artístico-conceptuales:



Y otros usos digamos que son... más erótico-festivos:




Y tenemos, por supuesto, el misterio de las 13 esferas Zarayan en La Ciudad de las Esferas.


En el siguiente libro de la trilogía, El Juego de las Esferas, se revelarán muchos de sus sorprendentes secretos. Mientras tanto, intentad adivinar cuáles de los significados que hemos discutido en esta entrada se aplican a estos enigmáticos objetos.

En esta entrada del blog podéis ver más imágenes interesantes de esferas.

Hasta la próxima,

    Salvador


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